martes, 23 de junio de 2009

CONVOCATORIA ASAMBLEA




Sr./a. Asociado/a:
Siguiendo instrucciones del Sr. Presidente de la ABEPYC y de conformidad con lo dispuesto en los estatutos, se le convoca para que asista a la Asamblea General Ordinaria que se celebrará el próximo sábado dia 27 de Junio de 2.009 a las 11 horas en primera convocatoria, o de no concurrir el quórum necesario, a las 11,30 horas en segunda, en el Botànic Cullera sito en la Carretera Nazaret-Oliva en la población de Cullera.
El orden del dia lo habreis recibido por correo eléctronico u ordinario.

jueves, 18 de junio de 2009

REFLEXIONES SOBRE LA EVOLUCION DE LAS PALMERAS


Por Vicente J. Lorente Hervás

Cada ser vivo busca equiparse con lo mínimo imprescindible para sobrevivir. Ni menos, ni más. Menos, por definición, significaría la imposibilidad de sobrevivir y reproducirse; más equivale a perder competitividad con el resto de seres vivos explotando el mismo nicho ecológico, por lo que también lleva a la extinción. La Ley del Mínimo Esfuerzo Posible. Todos aquellos seres que no consiguieron este objetivo con la suficiente rapidez, ya no existen. Y discutir las características de seres inexistentes podemos dejarlo para más adelante, de todas maneras, seguirán sin existir… ¿no?. Bueno, ya veremos, usted siga leyendo.
Los trucos, hazañas y obras maestras del ingenio que las palmeras exhiben son legendarios, tanto que para muchos es prueba suficiente de la existencia de una Inteligencia Superior. Para el resto de nosotros, lo que vemos es la instantánea del final – por ahora – de una película de aventuras que dura ochenta millones de años. Nunca la veremos, pero, a juzgar por el último fotograma, se pueden sacar conclusiones irrefutables, probables, hipotéticas y fantasiosas.
Empezando por las irrefutables, las palmeras han sobrevivido ochenta millones de años. Con todo lo que ha llovido en ese tiempo (incluyendo meteoritos), no está nada mal. Prueba que en su patrimonio genético cuentan con un amplio repertorio de soluciones que se van sacando de la manga conforme las circunstancias lo requieren. Miren si no a una Johannesteijsmannia desplegando sus enormes hojas para captar hasta el último fotón que consigue llegar al suelo de la selva, o la Ravenea rivularis, que adopta la solución diametralmente opuesta, aprovechando su configuración de punto de crecimiento único, sale disparada hacia arriba, buscando la primera fila en la disputa por los rayos solares. ¿Y qué me dicen de la Cocos nucifera?. Puesta a conquistar las distantes islas del Pacífico, seguramente probó primero la via aérea, con jugosos frutos para conseguir la cooperación de los pájaros. La cosa funcionó a las mil maravillas, dentro del radio de alcance de las aves. A partir de ahí, se hizo marinera, desarrollando complejos navíos provistos de reservas de alimento para largas travesías e incluso su propia agua potable. Y eso que las palmeras prácticamente, ni siquiera se molestan en llamar a los insectos para que les ayuden en la polinización. Como mucho, sólo en la dispersión necesitan mano de obra ajena temporal.
Continuando con las conclusiones probables, si tenemos en cuenta que la mayor abundancia de fósiles de palmeras se dá en lugares como Alaska, y que en los trópicos no existen, unido a que las palmeras más arcaicas son las palmadas, entre las que se encuentran las más resistentes al frio, parece ser que su asociación con los trópicos es bastante reciente, por lo menos en su forma actual, tanto de palmeras como de continentes. Claro que cuando llegaron a las zonas ecuatoriales actuales, junto a sus sabrosas temperaturas, se encontraron con que, precisamente esa abundancia de energía traía emparejados mucha competencia por parte de otros vegetales, y unos fortísimos vientos. Para sobrevivir había que subir alto, y ser capaz de aguantar los huracanes. Rápidamente inventaron los troncos más resistentes, pura fibra de carbono, junto con un nuevo diseño aerodinámico de la copa. La solución estaba en no oponerse a los vientos, sino ceder ante ellos. Como lo hacen las hojas pinnadas.
Sin embargo, estudiando la escena actual, nos encontramos con piezas que no parecen encajar. ¿Cómo explicamos que la Pinanga coronata o la Licuala spinosa, originarias del Asia tropical sean capaces de resistir varios grados bajo cero?. ¿Para qué necesita esa resistencia en Indonesia?. ¿Y la Ceroxylon quindiuense, para que necesita alcanzar los 70 m de altura? Ya metidos en hipótesis, yo me inclinaría a pensar que son vestigios de soluciones a problemas que ya no existen. Si eso fuera cierto, significaría que la deriva genética es más lenta que la deriva continental, o el cambio climático. O sea, que las palmeras, con su dilatada experiencia, no se fían de los cambios en el entorno y retienen su configuración genética un poco más, unos cien mil años o así, por si acaso. Demostraría también que dichos cambios existen, si es que se necesitaran más pruebas.
El cambio climático es muy real y absolutamente nadie lo discute, solo que hay dos conceptos radicalmente opuestos para una misma verdad: por un lado, los oportunistas que lo esgrimen para apoyar – con mucho éxito – su causa, y por otro lado, la comunidad científica que asiste divertida al espectáculo. Por supuesto que hay un cambio climático, solo que empezó hace diez y ocho mil años, y continúa. Es de esperar que suban las temperaturas cuando estamos saliendo de la última glaciación. Por otro lado, la temperatura en este planeta nunca ha sido estable, y más aún, si sacamos su temperatura media resulta que es muy superior a la actual. Y ahora, llegamos nosotros, en cuatro días nos multiplicamos como una plaga, lo trastocamos todo y la Ley de Murphy entra en acción.
Por último, si entramos en las conclusiones fantasiosas, ¿qué pasaría si el clima de la Tierra volviera a ser como hace ochenta millones de años?. Las palmeras, sencillamente echarían mano a todo su software genético y lanzarían un nuevo modelo que, morfológicamente seria otro Palmoxylon cliffwodensis, el rey del cotarro en el Cretáceo tardío. Es pura matemática, para un mismo problema, la solución tiene que ser idéntica. Como los Delfines, que siendo mamíferos, parecen peces. Pero hay truco. El ser vivo “parece” igual, pero genéticamente no lo es. Es moldeado por el entorno, pero dentro de los límites de su bagaje genético. La prueba es que depués de ochenta millones de años, el puzle genético se ha recombinado tantas veces que ahora, si intentamos aplicar la filogenética, nos sale un crucigrama incomprensible. Por eso es tan importante el preservar la diversidad genética. Si en sus genes no hay solución para lo que le pide el entorno, apaga y vámonos. Cuanto más amplio sea el repertorio de palmeras, más combinaciones posibles y por lo tanto, más posibilidades de supervivencia. La plasticidad de la vida, en el marco de millones de años, es muy superior al que la experiencia de nuestras fugaces vidas nos permite comprender. Hace muy poco, se ha demostrado que nuestras amigas, la Howea forsteriana y la belmoreana se diferenciaron de un ancestro común mientras convivían en su minúscula islita de Lord Howe, espontáneamente, sin ningún accidente geográfico que las separara, hace sólo 4 millones de años. Demuestra que, o Dios continua con la Creación, o la Evolución es tan real que sigue funcionando, creando nuevas especies.
Curiosamente, nosotros los humanos, después de una etapa infantil en la que hacíamos chiquilladas como la de comernos el cogollo o cortar una palmera sólo para recoger sus frutos, Ahora estamos inventando actividades tan prosaicas como la jardinería y “los amigos de las palmeras”, haciendo posible que sus semillas se distribuyan por todo el mundo a novecientos kilómetros por hora, a bordo de nuestros aviones, contribuyendo a la colonización de los ecosistemas más variopintos. Más todavía, al plantar una Dypsis de Madagascar junto a una africana hacemos posible cruces que en la naturaleza tardarían millones de años en producirse Y pronto, como hemos hecho con tantas otras plantas, dejaremos de conformarnos con las especies naturales y querremos hibridos y variedades (patentadas, claro)que adornarán las avenidas de Paris. Y llegará un dia que una Phoenix canariensis “pura” (si es que ha existido alguna vez) será la verdadera pieza de coleccionista.El cambio climático seguirá afectando como siempre a la evolución de las palmeras, pero ahora, por primera vez en ochenta millones de años, hay un elemento nuevo que tendrá efectos mucho más profundos: nosotros.

viernes, 5 de junio de 2009

LOS NOMBRES DE LAS PALMERAS


Este es un articulo de nuestro asociado Vicente Lorente, de Horticultura Lorente S.L., entusiasta aficionado a las palmeras y horticultor de gran exito con su empresa, no será su última aportación a este Blog.


NOMBRES DE PALMERAS – ETIMOLOGIA
Por Vicente J. Lorente Hervás

El sistema binominal de nomenclatura inventado por Linnaeus se basa – entre otras cosas – en el empleo de palabras tomadas, o derivadas del griego, alguna del latín y otras de nombres propios o locales. Asi se salvan las barreras linguisticas, logrando una mayor aceptación internacional.
Pero nos crea el problema de la correcta pronunciación y nos deja con la incógnita del significado. A continuación, expongo un listado de nombres de palmeras, con sinónimos y la pronunciación figurada entre paréntesis donde puede hacer falta. Se acompaña por una traducción sucinta y etimología del nombre oficial actual. Griego está abreviado como “gr.”

ACANTHOPHOENIX.- Del gr. “acantha” (espina) y “Phoenix” (datilera). Datilera espinosa.
ACOELORRAPHE, Acanthosabal, Paurotis.- Del gr. “a” (sin) y “coelos” ( hoyo o depresión) y “raphe” (sutura) refiriéndose a que su semilla carece de rafe.
ACROCOMIA, Acanthococos.- Del gr. “acro” (punta, extremo) y “kome” (pelo). Se refiere a su aspecto de brocha.
ACTINOKENTIA.- Del gr. “aktinos” (radio, radial) y kentia. Kentia radial.
ACTONORHYTIS.-Del gr. “aktinos” y”rhytis” (arruga). Arrugas o pliegues radiales.
ADONIDIA.- Por Adonis, el hermoso dios-sol de los romanos.
AIPHANES, Curima, Marara, Martinenzia, Tilmia.- Del gr. “aei” (siempre) y “phaino” (brillar).
ALLOGOPTERA, Diplothemium.- Del gr. “allage” (cambio) y pteron (ala). Hace referencia a sus hojas que parecen alas cambiando de aspecto, como al batir.
ALSMITHIA, Heterospathe.- Por el botánico Albert Charles Smith.
ARCHONTO PHOENIX, Loroma.- (Arkontofenix) Del gr. “archontos” (jefe, caudillo) y Phoenix. La Reina de las Phoenix.
ARECA.- Derivado del malayo “Adaka”, (“racimo de nueces”).
ARENGA, Didymosperma.- Forma latinizada de su nombre en malayo (Aren).
ASTEROGYNE.- Aristeyera.- Del gr. “astros” (estrella) y “gyne” (mujer o hembra).
ASTROCARYUM, Avoira, Hexopetion, Ynesa.- Del gr. “astros” (estrella) y “karyon” (nuez). Nuez con forma de estrella.
ATTALEA, Englerophoenix, Lithocarpos, Orbignya, Pindarea.- Del latin Attalus, rey de Pérgamo.
BACTRIS, Amylocarpus, Augustinea, Guilielma,Pyrenoglyphis.- Del gr. “bactron” (bastón).
BACULARIA.- Del latin “baculum” (gayato).
BALAKA.- Nombre aborigen de las islas Fidji.
BASSELINIA, Microkentia, Nephrocarpus.- Por el poeta francés Olivier Basselin, del siglo XV.
BECCARIOPHOENIX.- El Phoenix de Odoardo Beccari.
BENTINCKIA.- Por Lord William Cavendish Bentinck, gobernador de la India en el siglo XIX.
BISMARKIA.- Por Otto von Bismark, canciller alemán 1815 – 1898. “El canciller de hierro”.
BORASSODENDRON.- Del gr. “borassos” (inflorescencia tierna de palmera) y “dendron” (árbol)
BORASSUS, Palmira, Toddy Palm.- Del gr. “borassos”.
BRAHEA, Erythea, Glaucothea.- Por Tycho Brahe, astrónomo, matemático, filósofo danés del siglo XVII.
BRASSIOPHOENIX.- Por William Brass, botánico del siglo XIIX.
BRONGNIARTIKENTIA.- Por Adolphe Théodore Brongniart, botánico francés del siglo XIX, kentia.
BURRETIOKENTIA, Rhynchocarpa.- Kentia de Max Burret, experto en palmeras del siglo XX.
BUTIA.- Nombre tradicional brasileño.
BUTIAGRUS.- Cruce intergenérico entre Butia y Syagrus.
CALAMUS.- Del latin junco.
CALYPTROCALYX, linnospadix, Paralinospadix.- Del gr. “calyptra” (sombrero) y” calyx” (vaso).
CALYPTROGYNE.- Del gr. “calyptra” (sombrero o velo para la cabeza) y “gyne” (mujer).
CALYPTRONOMA.- Del gr. “calyptra” y “nomos” (habitáculo).
CARPENTARIA.- Por el golfo de Carpentaria, al Norte de Australia, aunque su hábitat original está cerca de Darwin.
CARPOXYLON.- Del gr. “karpos” (fruto) y “xylon” (madera).
CARYOTA.- Del gr. “karyou” (nuez).
CEROXYLON.- Del latin “cera” y del gr. “xylon” (madera).
CHAMAEDOREA.- (Kamadorea) Del gr. “chamai” (pequeño, sobre el suelo) y “dorea” (regalo).
CHAMAEROPS (kamarops).- Del gr. “chamai” y “rhops” (matorral).
CHAMBEYRONIA (Chambeironia).- Por Charles Chambeyron, el oficial naval que en el siglo XIX cartografió las costas de Nueva Caledonia. En este caso, la pronunciación es francesa.
CHRYSALIDOCARPUS .- (Krisalidocarpus) Del gr. “Krysalidos” (crisálida) y “Karpos” (fruto).
CLINOSPERMA.- Del gr. “klinein” (inclinar) y “ sperma” (semilla).
CLINOSTIGMA.- Del gr. “klinein” y “stigma” (agujero).
COCOS.- Probablemente del portugués “coco” (máscara), o del español “macaco”.
COLPOTHRINAX.- Del gr. “kolpos” (pliegue, endidura) y “thrinax” (tridente).
COCCOTHRINAX.- Del gr. “kokkos” (grano, semilla) y “thrinax” (tridente).
COPERNICIA.- En honor de Copernico, Nicolás, el que puso el Sol en su lugar.
CORIPHA.- (Corifa) Del gr. “koryphe” (en lo más alto),por su altura, o por donde crecen las flores. O derivado de su nombre en malayo, “Kodapanam” (Palmera Sombrilla).
CYPHOPHOENIX.- Del gr. “kyphos” (tumor, joroba) y Phoenix. Palmera jorobada.
CYPHOSPERMA.- Del gr. “kyphos” y “sperma” (semilla). Semilla jorobada o verrugosa.
CYRTOSTACHYS.- (Cirtostakis) Del gr. gancho curvado, en referencia a su inflorescencia.
DAEMONOROPS.- Del gr. “daimón” (espíritu) y “rhops” (matorral).
DECKENIA.- Por el Barón Karl Klaus von der Decken, explorador del monte Kilimanjaro.
DICTYOCARYUM.- Del gr. “dyction” (red) y “karyon” (nuez). Nuez enredada.
DICTYOSPERMA.- Del gr. “dyction” (red) y “sperma” (semilla).
DYPSIS.- Nadie, ni siquiera Dransfield sabe su etimología. Como muestra de lo curioso que puede ser el origen, basta con indicar que la Dypsis macdonaldiana (Beentje, 1995) debe su nombre a la cadena de hamburgueserías que financió el estudio. Una traducción aventurada sería algo así como “sedienta”, que siempre quiere más agua.
ELAEIS, Alfonsinia, Corozo.- Del gr. “elaia” (olivo). Palmera-olivo, porque produce aceite de palma.
EREMOSPATHA.- Del gr. “eremos” (seco, desértico) y espata.
ERYTHEA.- De la mitología gr., nombre de una de las Hespérides, la hija del Atardecer (Oeste).
EUTERPE, Catis, Plectis.- Nombre mitológico gr. De las nueve musas, la dedicada a la música.
GASTROCOCOS.- Del gr. “gastros” (estómago) y cocos. Palmera-con-el-tronco-ventricoso.
GAUSSIA, Aeria, Opsiandra.- Por el barco alemán de exploración “Gauss,” que a su vez llevaba el nombre de Carl Friedrich Gauss, matemático del siglo XIX.
GEONOMA.- Del gr. “geonomos” (colono). Se refiere a la capacidad de colonizar el terreno por
medio de retoños.
GRONOPYLLUM, Leptophoenix, Nengella.- Del gr. “grono” (cueva) y “phyllon” (hoja).
GUIHAIA.- Forma latinizada del nombre vernáculo chino.
GULUBIA.- Forma latinizada del nombre vernáculo en indonesio.
HEDYSCEPE.- Del gr. “hedys” (dulce) y “skepe” (sombra).
HETEROSPATHE, Ptychandra.- Del gr. “heteros” (diferente) y espata.
HOWEA.- De su isla de origen, Lord Howe, que a su vez lleva el nombre del que fue Primer (principal) Lord del Almirantazgo.
HYDRIASTELE, Adelonenga.- Del gr. “hydro” (agua) y “stele” (columna). Que dá de beber.
HYOPHORBE, Mascarena.- Del gr. “hys” (cerdo) y “phorbe” (alimento).
HYOSPATHE.- Del gr. Cerdo y espata.
HYPHAENE, Doma.- Del gr. “hyphaenein” (tejer) en referencia a las fibras tejidas de su fruto
IGUANURA, Slackia.- Cola de iguana.
IRIARTEA, Deckeria.- Por Bernardo Iriarte, nombrado en 1797 Ministro de Agricultura, Comercio y Navegacion de las Posesiones de Ultramar de España.
ITAYA.- Por un rio de Perú.
JOHANNESTEIJSMANNIA.- Por Johannes Elias Teijsmann, director de los Jardines Botánicos de Indonesia en el siglo XIX.
JUNIA.- Por que proceden de la isla de Juan Fernández (conocida como la de Robinsón Crusoe).
JUBAEA, Micrococos, Molinaea.- En honor a Juba, rey de Numidia, en el Norte de Africa, que se suicidó cuando lo conquistaron los romanos en el siglo I.
JUBAEOPSIS.- Parecido a la Jubaea.
KENTIOPSIS, Mackeea.- Parecido a la Kentia.
KERRIODOXA.- Por Arthur Kerr, que la encontró en Thailandia, y del gr “doxa” (gloria, dar gloria).
LACCOSPADIX.- Del gr. “lakkos” (hoyo) y “spadix”. Las flores se alojan en hoyos en la inflorescencia.
KENTIA.- Por el horticultor William Kent.
LATANIA.- Nombre vernáculo de la isla Mauricio.
LEMUROPHOENIX.- Del gr. “lémur” (espíritu nocturno) y Phoenix.
LEPIDOCARYUM.- Del gr. “lepido” (escama) y “karyon” (nuez).
LEPIDORRHACHIS.- Del gr. “lepido” y “rhachis” (eje, nervio central de la hoja). En este caso se refiere a la inflorescencia, cubierta de escamas marrones.
LICUALA.- Nombre vernáculo de las islas Molucas (El original es Leko Wala).
LINOSPADIX, Bacularia.- Del gr. espadix lineal.
LYTOCARIUM, Microcoelum.- Del gr. “lyton” (soltarse) y “karyon” (semilla), por la peculiar cubierta de la semilla que se abre en tres segmentos.
LIVISTONA (no Livistonia).- En honor de Patric Murray, Barón de Liviston, fundador del Jardin Botánico de Edimburgo.
LODOICEA.- Por Laodice, hija de Priamo. O bien por Louis XIV, ya que Lodoicea significa “de Lodoicus”, una de la diferentes formas latinas del nombre Louis.
MANICARIA, Pilophora.- Del latin “manica” (manga), por su espata en forma de manga.
MAROJEJYA.- De Marojejy, localidad del Nord-Este de Madagascar.
MASOALA.- Proveniente de la península de Masoala, al Nord-Este de Madagascar.
MAURITIA, Orophoma.- Forma latinizada de Mauritii, nombre antiguo de Surinam. Mauritiana seria proveniente de Mauritius, de las Islas Mascarenas.
MASCARENA.- Por las islas Mascarenas. En la actualidad, la denominación correcta es Hyophorbe.
MAXBURRETIA.- Por Max Burret, buscador de palmeras del siglo XX.
MEDEMIA.- Empleado a veces para designar, equivocadamente, a la Bismarkia. Dificil traducción. En gr. “medemia” es el femenino irregular de “medéis” (nadie, nada, ni uno). Quizás sea porque hasta hace diez años se creía extinguida. El nombre se lo puso Wuerttemberg en 1881, cuando se creía que no quedaba NI UNA.
METROXYLON, Coelococcus, Sagus.- Del gr. “metra” (médula del tronco) y “xylon” (madera).
NANNORRHOPS.- Del gr. “nanos” (enano) y “rhops” (matorral).
NEPHROSPERMA.- Del gr. “nephros” (riñón) y “sperma” (semilla). Semilla con forma de riñón.
NORMANBYA.- Por el marqués de Normanby.
NYPA, Nipa.- Del malayo “nipah”.
OENOCARPUS, Jessenia.- Del gr. “oinos” (vino) y “karpos” (fruto). Fruto del, o que hace, vino.
ONCOSPERMA, Keppleria.- Del gr. “onkos” (tumor) y “sperma” (semilla).¿Semilla verrugosa?.
ORANIA, Arausiaca, Halmoorea, Sindroa.- Forma latinizada de “Orange”, por el príncipe William de Orange, rey de Inglaterra en el siglo XVII.
ORBIGNYA.- Por el naturalista francés A. D. d´Orbigny.
PARAJUBAEA.- Del gr. “para” (junto, parecido) y Jubaea.
PELAGODOXA.- Del gr. “pelagos” (mar) y “doxa” (gloria, dar gloria)
PHOENICOPHORIUM BORSIGIANUM, Stevensonia.- Del gr. “phorios” (ladrón) “La Palmera del Ladron Borsig”. El nombre fué una revancha ya que la palmera original fue robada de los jardines de Kew en 1855 y apareció en el invernadero de August Borsig en Berlin. Pero en Kew ponen los nombres.
PHOENIX.- Palmera datilera. Su nombre es muy antiguo, por lo que no resulta fácil el establecer su significado. Quizás es por Phoenicia (Fenicia), o por el Ave Fénix de la mitología griega, Phoenix. Los estudiosos no acaban de comprender la relación entre una palmera y un ave, que compartían el mismo nombre.
PHOLIDOCARPUS (folidocarpus).- Del gr. “pholido” (escama) y “karpos” (fruta). Fruta escamosa.
PHOLIDOSTACHYS (folidostakis).- Del gr. “pholido” y “stachys” (pincho). Escamas pinchosas.
PHYSOKENTIA (fisokentia), Geniocladus, Goniosperma.- Del gr. “physa” (vejiga), por sus globosos frutos.
PHYTELEPHAS (fitelefas), Elephantusia, Palandra, Yarina.- Del gr. “phyton” (planta” y “elephas” (elefante) por el parecido de la madera de la nuez con el marfil.
PIGAFETTA.- En honor de Antonio Pigafetta, el historiador de Juan Sebastián Elcano en su viaje.
PINANGA, Cladosperma, Ophiria.- Del malayo “Pinang”.
PLECTOCOMIA.- Del gr. “pelo trenzado”.Solo que en este caso, lo que está trenzado son unos espectaculares pinchos, alrededor del tallo.
POLYANDROCOCOS.- Del gr. “polys” (muchos), “andros” (masculino) y cocos. El coco con muchos estambres (parte masculina).
PRESTOEA, Acrista, Euterpe, Martinezia, Oreodoxa.- Por el botánico Henry Prestoe (1842 – 1923).
PRITCHARDIA.- Por W. T. Pritchard, cónsul inglés en Fidji del siglo XIX.
Pseudophoenix.- Del gr. “pseudo” (falso).
PTYCHOCOCCUS.- Del gr. “ptychos” (plegado, arrugado) y “kokkos” (baya). Frutos arrugados.
PTYCHOSPERMA (Ticosperma), Actinophloeus, Ponapea, Romanovia, Seaoforthia.- Del gr. “ptychos” (plegado o arrugado) y “sperma” (semilla) . Semillas arrugadas.
RAPHIA, Sagus.- Del gr. “raphia” (aguja) por sus fibras o por el sabor de su fruto.
RAVENEA.- Por el cónsul francés en Madagascar Louis Ravene.
REINHARDTIA, Malortiea.- Por la familia de biólogos daneses del siglo XIX Reinhardt .
RHAPIDOPHYLLUM.- Del gr. “rhapis” (aguja) y “ phyllum” (hoja) en referencia a las largas espinas que reemplazan a las hojas en las bases de las hojas.
RHAPIS (Rapis, no Rafis).- Del gr. “aguja o barra”. Por la fina apariencia de sus hojas.
RHOPALOBLASTE, Ptychoraphis.- Del gr. “ropalon” (maza) y “blastos” (capullo, brote).
RHOPALOSTYLIS, Eora.- Del gr. “rhopalon” (maza) y “stylos” (pilar) en referencia a la forma de su inflorescencia.
ROSCHERIA.- Por el explorador alemán del siglo XIX Albrecht Roscher.
ROYSTONEA, Oreodoxa.- Por el general de ingenieros americano Roy-Stone, que trabajó en Puerto Rico.
SABAL.- Antiguo nombre sudamericano.
SALACCA, Lophospatha.- Forma latinizada de su nombre nativo Zalacca.
SATAKENTIA.- En honor al industrial y experto en palmeras japonés Toshihiko Satake.
SCHIPPIA.- Por el botánico australiano del siglo XX William August Schipp.
SERENOA, Diglossophyllum.- Por Sereno Watson, botánico americano.
SOCRATEA.- Por el filósofo griego Socrates.
SOMMIERIA.- Por el botánico del siglo XIX Stephen Sommier.
STEVENSONIA.- Por el gobernador de Mauritius.
SYAGRUS, Arecastrum.- Palabra muy Antigua que designa una palmera, aunque Heródoto menciona a un tal Syagrus, como nombre propio, que fue embajador en Siracusa. También hubo un general con este nombre mencionado por Phylarcus. Incluso hubo un romano del siglo V.No es de extrañar, en la actualidad, el apellido “Palmer” es bastante corriente. Claramente, el nombre fue reciclado en época reciente para designar una palmera que los antiguos griegos no podían conocer. La palmera “Syagrus” de los griegos estaba en Alejandria, Egipto.
SYNECHANTHUS (sinecantus).- Del gr. “syneches” (unido, en ristra) y “anthos” (flor). Flores en racimos.
TECTIPHIALA (tectifiala).- Del gr. “tectum” (techo, cubierta) y “phiala” (vasija). Flores cubiertas por brotes.
THRINAX (zrinax).- Del gr. abanico, palmito.
TRACHYCARPUS.- (Trakicarpus) Del gr. “trachys” (basto, áspero) y “karpos” (fruta).
TRITHRINAX.- Del gr. “tres palmitos”.
VEITCHIA.- Por James Veitch, viverista inglés.
VERSCHAFFELTIA.- Por Ambrose Verschaffelt, horticultor belga.
VOANIOALA.- Por el nombre que tiene en malgache, que significa “coco del bosque”.
WALLICHIA (valikia), Asroa, Harina.- Por Nathaniel Wallich, dierector del Jardin Botánico de Calcuta.
WASHINGTONI (uochingtonia).- Por George Washington, primer presidente de los E. U.
WODYETIA.- Por Wodyeti, el último bosquímano varón de su tribu en extinción de Australia y gran conocedor de la tradición oral de su hábitat, incluyendo estas palmeras.
ZOMBIA.- Nombre latinizado derivado del que se le dá en África Occidental, “Nzambi”, que hace referencia a un dios serpiente.


LOS “APELLIDOS” TAMPOCO TIENEN DESPERDICIO. AQUÍ HAY ALGUNOS:
Aculeata.- Provisto de agujones
Acuminata.- Terminado en punta larga
Atenuata.- Progresivamente adelgazado o estrechado
Capitata.- Que crece formando una cabeza densa
Circinalis.- Que está arrollado desde el ápice hasta la base
Crinita.- Del latín “peludo”
Decumbens.- Postrada. Con el tallo rastrero o caído
Divaricata.- Con tallos secundarios en ángulo abierto con el principal
Edulis.- Comestible
Falcata.- En forma de hoz
Glabra.- Sin pelos
Glauca.- Color verde claro
Hystrix.- Puercoespín
Lagenicaulis.- Gr. “lagenos” (botella) y “kaulos” (tronco)
Lepidoto.- Escamoso
Lutescens.- Que se torna amarillo. (Luteus = amarillo)
Maculata.- Manchado
Obcónica.- Con forma de cono invertido
Palmetto.- Palmera pequeña
Pandurifolia.- Con hojas en forma de guitarra
Pectinata.- Dispuesto hacia un solo lado, como las púas de un peine
Peltata.- Hoja redondeada con peciolo insertado en el centro, como una sombrilla
Repens.- De tallo rastrero
Roebelenii.- Por Carl Roebelen, que la descubrió en Laos
Rivularis.- De arroyo o rio
Setosum.- Con los pelos tiesos como cerdas
Sapida.- Del latín “sapidus” (agradable al gusto)
Urens.- Picante, ardiente